Skip to main content

Con el 70 % del país bajo algún grado de estrés hídrico, México enfrenta una de sus crisis más urgentes: el acceso y disponibilidad del agua. Frente a este escenario, representantes del gobierno, la academia y el sector empresarial presentaron la campaña de concientización “Un latido en cada gota”, un llamado a reducir el consumo de agua y a cambiar hábitos que comprometen el futuro de las próximas generaciones.

La campaña fue presentada por Paola Félix Díaz, coordinadora del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y a la Sustentabilidad; Patricia Hernández Martínez, directora general de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento (ANEAS); Javier Buenrostro Sánchez, coordinador general de Comunicación Social de la Conagua; Gilberto Alcaraz, director de mercadotecnia de Grupo Helvex; y Jorge Arriaga, coordinador ejecutivo de la Red del Agua de la UNAM.

Una realidad urgente: alto consumo y escasa conciencia

“En el Valle de México se consumen, en promedio, 230 litros de agua por persona al día, mientras que en el norte del país apenas alcanzan los 120 litros”, señaló Patricia Hernández. La disparidad, explicó, refleja tanto la sobreoferta en ciertas zonas como la falta de cultura del ahorro. “Tenemos mucho que hacer como ciudadanos para reducir el consumo”, subrayó.

Recordó que en Monterrey, durante la crisis hídrica de 2022, se promovió el objetivo de limitar el uso doméstico a 100 litros diarios. “Lo que buscamos ahora es generar una transformación colectiva y duradera, antes de que sea demasiado tarde”.

La campaña: arte, datos y juventud

La iniciativa tiene un enfoque multidisciplinario y joven. “Buscamos llegar, principalmente, a la generación Z, que representa el 30 por ciento de la población”, afirmó Gilberto Alcaraz, al destacar que este grupo tiene una mayor conciencia ambiental y capacidad de réplica digital. La campaña incluye difusión en redes sociales, actividades en escuelas, alianzas con fundaciones e intervenciones artísticas urbanas.

Además, está centrada en el concepto de la huella hídrica. “¿Sabías que se requieren entre 100 y 150 litros de agua para fabricar un pantalón de mezclilla?”, cuestionó Javier Buenrostro. “Necesitamos cambiar la idea de que el ahorro de agua se limita a cerrar la llave. Se trata de todo lo que consumimos: ropa, alimentos, productos…”.

Según datos de Conagua, el nivel actual de almacenamiento en presas se encuentra en 58 por ciento de su capacidad. Aunque este dato indica un margen de abasto de hasta dos años, la situación no es homogénea. Algunas regiones ya enfrentan escasez crítica. “Estamos lejos de una emergencia nacional, pero no podemos relajarnos”, advirtió Buenrostro.

El funcionario destacó que el gobierno federal trabaja en frentes estructurales, como la tecnificación del campo (que consume el 75 por ciento del agua del país) y el desarrollo de infraestructura con el Plan Nacional Hídrico. “Pero esto no servirá sin una conciencia social real. Todos los sectores deben participar”.

La ciencia como base para decidir

“Las campañas basadas en evidencia científica son esenciales para tomar decisiones informadas”, sostuvo Jorge Arriaga, de la UNAM. Subrayó que contar con datos confiables permite orientar los esfuerzos a donde más se necesitan y evaluar su impacto.

Por su parte, Paola Félix Díaz dijo que la campaña tendrá seguimiento. “No se trata de una acción simbólica. Vamos a medir resultados y generar cambios reales”. Félix también recalcó la importancia de integrar esta campaña a marcos legales y a políticas públicas como el Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua.

La campaña “Un latido en cada gota” busca ser más que un mensaje de sensibilización: es una invitación a cambiar desde las decisiones más pequeñas hasta los modelos de consumo, producción y gestión.

“Tenemos la oportunidad de evitar una catástrofe si actuamos ahora”, concluyó Patricia Hernández. “Gota a gota, decisión a decisión, podemos construir un futuro más sostenible”.