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Un reciente estudio revela un cambio radical e inesperado en el océano Antártico: un aumento en la salinidad de las aguas superficiales y una pérdida masiva de hielo marino sin precedentes. Desde 2015, la Antártida ha perdido una cantidad de hielo equivalente al tamaño de Groenlandia, lo que representa el mayor cambio ambiental observado en la Tierra en las últimas décadas.

Estos hallazgos, liderados por la Universidad de Southampton y publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), evidencian una tendencia preocupante con impactos potencialmente globales.

Un océano más salado y menos hielo

Durante décadas, la superficie del océano Antártico se volvió menos salada gracias al ciclo de renovación de las aguas, lo que favoreció la formación de hielo marino. Sin embargo, los científicos han documentado una reversión drástica de esta tendencia.

“Hemos detectado un aumento repentino de la salinidad superficial al sur de los 50 grados de latitud, coincidiendo con una fuerte pérdida de hielo marino”, explicó Alessandro Silvano, autor principal del estudio.

Utilizando datos satelitales y dispositivos robóticos flotantes que recorren la columna de agua, los investigadores observaron que la superficie del océano se está volviendo más salada y menos estratificada. Esto permite que el calor atrapado en las profundidades ascienda, derritiendo el hielo marino desde abajo.

En el Mar de Weddell, se ha reabierto la “polinia de la Elevación de Maud”, un agujero en el hielo marino de casi cuatro veces el tamaño de Gales, que no se había visto desde la década de 1970.

Un peligroso círculo vicioso

La interacción entre la salinidad y el hielo marino está generando un círculo vicioso climático:

Menos hielo marino permite que más calor ascienda desde las profundidades oceánicas. Este calor adicional derrite aún más hielo marino desde abajo y la disminución del hielo reduce la capacidad del océano para reflejar la radiación solar, acelerando el calentamiento global.

“El agua superficial más salada facilita el ascenso del calor de las profundidades, derritiendo el hielo marino desde abajo. Es un proceso que amplifica el calentamiento en la región”, advirtió Silvano.

Impactos globales

Los efectos de este cambio no se limitan al ecosistema antártico. La pérdida de hielo marino está alterando la dinámica de los océanos y la atmósfera a escala planetaria:

  • Tormentas más intensas: los océanos más cálidos alimentan ciclones y fenómenos climáticos extremos.
  • Pérdida de hábitats: especies icónicas como los pingüinos emperador y las focas dependen del hielo marino para sobrevivir.
  • Aceleración del calentamiento global: el hielo marino actúa como un espejo natural que refleja la radiación solar. Su desaparición aumenta la absorción de calor en el océano.

“Si bien los científicos esperaban que el cambio climático provocara una disminución gradual del hielo, lo que estamos observando es una reducción rápida y sin precedentes”, comentó Aditya Narayanan, coautor del estudio.

¿Un punto de no retorno?

La comunidad científica advierte que este fenómeno podría estar acercándose a un punto de inflexión crítico. Si no se toman medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, la pérdida de hielo marino antártico podría volverse irreversible, con consecuencias imprevisibles para el sistema climático global.