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En los últimos 18 meses, el planeta experimentó un aumento sostenido en la temperatura, superando el umbral de 1.5 °C establecido en los Acuerdos de París. Pero en México, el calentamiento es aún más alarmante. Mientras el mundo se calienta a un ritmo promedio de 2 grados por siglo, nuestro país lo hace a 3.2 grados, advirtió Francisco Estrada Porrúa, titular del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM.

Durante las mesas de trabajo “Cambio Climático en México: Tendencias, Riesgos y Políticas”, organizadas rumbo a la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática 2025, el investigador alertó que México ya acumula un aumento de 1.8 °C respecto al período preindustrial, superando la media global.

Según Estrada Porrúa, el incremento de la temperatura en este último año y medio sugiere una posible aceleración del cambio climático, o bien que se ha subestimado la capacidad del planeta para estabilizar su temperatura tras eventos como El Niño o La Niña. 

El especialista recordó que su equipo estimó en 2006 que Veracruz perdería 24 % de su producción de café para 2020, pero el impacto real fue del 48 %. 

“Estamos subestimando los efectos”, dijo.

Eduardo Vega López, coordinador universitario para la Sustentabilidad de la UNAM, destacó que la Cumbre convocará a 25 universidades mexicanas públicas y privadas, con el objetivo de construir una ciudadanía ambiental informada y comprometida. 

“No solo se trata de políticas, sino de comportamientos sociales que favorezcan la sustentabilidad”, recalcó.

Acción climática debe ser política de Estado

Enrique Provencio Durazo, titular del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, consideró indispensable ubicar la acción climática en la cúspide de la agenda pública, con respaldo institucional, presupuesto y coordinación con compromisos internacionales como los Acuerdos de París. 

“La acción climática no debe ser solo por justicia ambiental, sino parte de una visión de progreso”, afirmó.

Provencio indicó que la inversión en mitigación, deforestación cero y adaptación traerá beneficios sociales, económicos y ambientales, pero solo será viable con instituciones fortalecidas y políticas alineadas.

Riesgo social: la otra cara del cambio climático

Desde el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales, Naxhelli Ruiz Rivera subrayó que los efectos del cambio climático no deben medirse solo en pérdidas materiales, sino también en la afectación a derechos sociales. La investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM señaló que 22.5 millones de personas en México son cuidadoras, muchas de ellas en condiciones de vulnerabilidad.

Agregó que más de 35 millones de viviendas presentan carencias graves, entre ellas problemas de humedad y estructuras deterioradas, particularmente en estados costeros. Además, fenómenos como el huracán Otis afectaron directamente a 296 mil niñas, niños y adolescentes, con consecuencias que van desde la deserción escolar hasta la explotación y la falta de atención médica.

Insistió en que la política climática debe centrarse en reducir desigualdades estructurales y no limitarse a contabilizar daños físicos. “Hay que entender el riesgo social como una dimensión crítica del cambio climático”, afirmó.