La escasez de agua en América Latina se debe a varios factores, entre ellos el cambio climático, el crecimiento demográfico, así como la expansión económica. Además, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ya lo advirtió: habrá sequías más frecuentes y severas en la región lo que plantea el reúso del agua.
El reciclaje de agua no se trata de una estrategia, es adaptarse a las condiciones que impone el cambio climático. Hay que reciclar y reutilizar el agua para disminuir el alto estrés hídrico que ya viven diversas ciudades latinoamericanas.
Y estas son algunas de las alternativas a las que han recurrido para paliar la falta de agua.
En San Pablo, en Brasil, el emprendimiento Aquapolo Ambiental es un ejemplo de reúso con aplicación industrial. Y es que el agua residual, tratada por una compañía de saneamiento local, pasa por un reactor biológico de membranas y ósmosis inversa para llevar el agua a la calidad que requieren los clientes del polo petroquímico ABC.
Esta planta tiene capacidad para suministrar hasta mil litros por segundo de agua reciclada, a partir del tratamiento de aguas residuales domésticas de la Estación de Tratamiento de Aguas Residuales ABC, de Sabesp, lo que representa abastecer una ciudad de 500 mil habitantes.
Sin embargo, la legislación no permite que esa agua se destine al uso humano, a pesar de que la ciudad ya vivió una crisis hídrica en 2014. Para ello, hay que romper algunas barreras.
Otro ejemplo es la ciudad de Santiago de Chile, donde la Biofactoría ‘La Farfana’ genera la mayor parte de la energía que consume a partir de los mismos desechos que recolecta, aprovecha sólidos como fertilizantes y el agua que trata se reutiliza en la agricultura mediante canales de riego.
Este proyecto es de la empresa de servicios medioambientales Aguas Andinas, que en 13 años y con una inversión total de casi mil 300 millones de dólares, Santiago pasó a contar con 100 por ciento de tratamiento de sus aguas residuales, cuando el promedio de América Latina y el Caribe, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, es de 28 por ciento.
En León, Guanajuato, también se impulsa el reúso del agua a través de la nanotecnología. Hace algunos meses, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (Sapal) anunció la implementación de un sistema de nanotecnología, para verter hasta 400 litros de agua por segundo a la Presa ‘El Palote’ para su reuso indirecto en el 2024, lo que equivale a dejar de utilizar siete pozos.
Para ello, firmó un convenio de colaboración con el Centro de Investigación de Ingeniería del Tratamiento de Agua por Nanotecnología (NEWT) que está integrado por cuatro universidades de Estados Unidos.