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Seguridad hídrica, reto por resolver

La escasez, contaminación, los eventos extremos (relacionados con inundaciones y sequías), los conflictos sociales por este recurso y el deterioro ambiental en cuencas, que en conjunto están “construyendo el escenario perfecto para la tormenta perfecta”, son los principales retos para alcanzar la seguridad hídrica en el mundo.


Así lo considera el doctor Carlos Patiño-Gómez, director de la cátedra UNESCO en Riesgos Hidrometeorológicos, alojada en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), durante el webinar “Seguridad hídrica: un tema de seguridad nacional”, organizado por la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento A.C. (ANEAS).

Para contrarrestar el riesgo de la escasez y alcanzar la seguridad hídrica, es decir, la capacidad de una población para salvaguardar el acceso sostenible a cantidades adecuadas de agua en calidad aceptable, el especialista en recursos hídricos consideró que se deben realizar análisis de la cantidad de agua disponible para plantear medidas, propuestas y recomendaciones de la forma más acertada posible, así como hacer una distribución certera y una planeación realmente efectiva.


Patiño-Gomez apuntó que si bien el 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua, de ella el 97.5% es salada y apenas el 2.5% es dulce. Del total del agua dulce el 70% está en los glaciares, en la nieve o en forma de hielo, mientras que el 30% se trata de aguas subterráneas de difícil acceso y menos del 1% es agua disponible para el consumo humano y los ecosistemas.

Estas cifras, agregó, ponen en contexto el reto de la disponibilidad del agua en el desarrollo sostenible en el presente y futuro. “Se trata de pensar en las futuras generaciones, ¿Qué le voy a dejar? Lo que haga o deje de hacer ahora va a repercutir en ellas”, dijo.


Además de recordar los principales riesgos globales a largo plazo (clima extremo, la pérdida de biodiversidad, el daño ambiental, los avances tecnológicos adversos y aspectos geopolíticos, entre otros), el especialista hizo énfasis en que el recurso hídrico es único y no cuenta con un sustituto natural o sintético equiparable, y que se utiliza para todos los bienes y servicios, por lo que una disminución significativa de calidad y cantidad de agua potable disponible es un gran problema.


“Se puede hacer una serie de tendencias o escenarios respecto a si la naturaleza manda el agua a tiempo y en cantidades adecuadas, pero hay cierta incertidumbre; entonces para enfrentar una crisis, se debe pensar en lo que hay disponible para poder planear, pero si no conozco, ¿Cómo voy a poder hacer una buena planeación?, apuntó.


El también docente consideró que se puede revertir un escenario catastrófico y cambiar ciertas acciones y tendencias, empezando a plantear alternativas, no solamente en cuanto a las fuentes de agua, sino que también respecto al uso adecuado de dicho recurso, que incide en diversos sectores -como la alimentaria y energética- , así como en la parte demográfica y ambiental.


“Tenemos que empezar a establecer enfoques de riesgos relacionados con el agua, -inundaciones, sequías, tormentas tropicales-, pero un enfoque integrado en las políticas de la gestión del recurso hídrico y, sobre todo, movernos hacia las medidas de adaptación, enfocadas a los grupos más vulnerables. Esto debe de ser transversal, con políticas públicas y programas sociales y, sobre todo, con un enfoque preventivo y no reactivo, factible y rentable. También debe incorporarse la parte del monitoreo y la evaluación, que muchas veces en nuestros proyectos los olvidamos”, afirmó Patiño Gómez.






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