La economía circular del agua ya no es una opción, es una necesidad. En un contexto regional marcado por sequías extremas, contaminación y sobreexplotación de fuentes hídricas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) urge a los países de América Latina a repensar por completo la gestión del agua.
Su reciente informe “The Circular Water Economy in Latin America”, publicado en marzo de 2024, plantea un enfoque transformador para garantizar el acceso sostenible y equitativo al recurso más vital: el agua.
¿Qué propone la economía circular del agua? Se trata de un modelo que rompe con la lógica lineal de “extraer, usar y desechar”. En su lugar, promueve la reutilización, el reciclaje, la captación de agua de lluvia y el tratamiento eficiente de aguas residuales, con el objetivo de cerrar el ciclo del agua dentro de las ciudades y sistemas productivos.
El informe alerta que la región enfrenta una triple presión hídrica: creciente demanda, baja eficiencia en el uso y alta vulnerabilidad ante el cambio climático.
El 77 por ciento del agua dulce se destina al sector agrícola, pero con pérdidas significativas por ineficiencia en riego. Sólo el 40 por ciento de las aguas residuales recolectadas se trata adecuadamente y, en zonas urbanas, las fugas en redes de distribución pueden superar el 40 por ciento.
México: avances y desafíos en la circularidad del agua
México aparece como uno de los casos destacados del estudio. La OCDE reconoce que nuestro país implementó políticas orientadas a la sostenibilidad hídrica, aunque aún enfrenta enormes desafíos estructurales.
Uno de los principales avances es el impulso a sistemas de tratamiento y reúso de aguas residuales en sectores como la industria y el riego agrícola. También se desarrollaron iniciativas para la captación de agua de lluvia en comunidades urbanas y rurales.
Sin embargo, el documento enfatiza que “los niveles de tratamiento de agua en México siguen siendo bajos en comparación con países miembros de la OCDE”, y que se requiere una mayor inversión en infraestructura, regulación y participación ciudadana.
Otro tema relevante es el desequilibrio entre oferta y demanda. Regiones como el norte del país enfrentan un estrés hídrico severo, mientras que las fuentes naturales se ven contaminadas o sobreexplotadas.
La OCDE propone que México avance hacia una gobernanza del agua más inclusiva y basada en datos, con esquemas tarifarios que reflejen el verdadero costo del servicio y promuevan el ahorro.
Recomendaciones de la OCDE
El informe identifica cinco líneas de acción para acelerar la economía circular del agua en la región:
- Cerrar el ciclo del agua: expandir el tratamiento y reúso de aguas residuales, con estándares de calidad y esquemas de incentivos.
- Impulsar soluciones basadas en la naturaleza: promover la captación de agua de lluvia, restaurar cuencas y proteger humedales.
- Fortalecer el financiamiento y la inversión: facilitar el acceso a recursos para proyectos circulares, incluyendo esquemas públicos y alianzas con el sector privado.
- Mejorar la gobernanza: establecer marcos regulatorios claros y eficientes, con participación ciudadana.
- Fomentar la innovación: apoyar nuevas tecnologías, monitoreo inteligente y la capacitación de actores locales.
En palabras del reporte, hay que “adoptar un enfoque circular no solo es una respuesta a la crisis hídrica, también es una oportunidad económica para crear empleos verdes y fortalecer la resiliencia urbana”.
Conoce todo el informe aquí: https://www.oecd.org/en/publications/the-circular-water-economy-in-latin-america_a0508572-en.html