Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA o UNEP por sus siglas en inglés) advirtió sobre la estrecha relación que hay entre los desastres, -inundaciones, sequías e incendios forestales-, y el agua, con lo que dijo, se hace necesario desarrollar sistemas de alerta temprana a través del monitoreo de los cuerpos de agua.
Ello, porque los cambios en el ciclo hidrológico de la tierra están vinculados al cambio climático con lo que están aumentando su frecuencia e intensidad; las cifras revelan que “desde 2000, el número de desastres relacionados con inundaciones se ha más que duplicado y la duración de las sequías ha aumentado casi un 30 por ciento”.
Además, advierte la nota de PNUMA, la cantidad de personas que podrían sufrir desastres relacionados con el agua en los próximos 30 años, pasaría de mil 200 millones a 16 mil millones.
Y aunque en los últimos años, hay un importante esfuerzo por monitorear, además de la contaminación, los niveles y todos los datos relaciones con el agua, aún hay brechas en países desarrollados y en vías de desarrollo, con lo que “deja a los formuladores de políticas sin la información que necesitan para tomar decisiones cruciales sobre los recursos de agua dulce que sustentan a cientos de millones de personas”.
En este sentido, el texto señala que falta información sobre los contaminantes emergentes en los suministros de agua, como los químicos, encontrados en productos de limpieza para el hogar, así como en utensilios como los antiadherentes.
Otra fuente de datos para evitar desastres, es el uso de imágenes satelitales, Inteligencia Artificial (IA), así como las fuentes más convencionales. Un ejemplo de ello, es que las alertas de 24 horas de anticipación ante la llegada de tormentas y olas de calor, permitieron reducir un 30 por ciento la pérdida de vidas, así como de daños.
Una herramienta útil es la plataforma de pronóstico de inundaciones habilitada por IA de Google, que la extendió a 60 países y con ello permitió a los gobiernos planificar la adaptación climática y la reducción del riesgo de desastres.
Por ello, es que Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, pidió en 2022, garantizar que todas las personas del planeta estén cubiertas por sistemas de alerta temprana para 2027, principalmente en los países menos desarrollados.
Incluso, dice el texto, “las alertas tempranas son una forma rentable de aumentar la resiliencia a nivel local y nacional, y de evitar reveses económicos graves”. Además, organismos como el de Meteorología Mundial, “ayudan a las autoridades públicas a administrar y proteger los ecosistemas de manera más efectiva, ya que permiten el establecimiento de objetivos, la planificación detallada y la aplicación de la ley”.
Otro sector beneficiado por el monitoreo de los cuerpos de agua es el energético, ya que los datos sobre cuencas fluviales permiten predecir su impacto, pues de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial , en 2020, el 87 por ciento de la electricidad mundial generada a partir de sistemas térmicos, nucleares e hidroeléctricos dependía directamente de la disponibilidad de agua.
Además, una cuarta parte de las presas hidroeléctricas existentes y proyectadas se encuentran dentro de cuencas fluviales que tienen un riesgo medio a muy alto de escasez de agua.